Lo conocí cuando me quebré una pierna y llamé a un medico a
domicilio, vivía sola y no me podía mover.
Me alivió el dolor, secó mis lágrimas y me llevó al hospital
a enyesarme desde el tobillo hasta la nalga.
Entre visita y visita fui tejiendo a su alrededor una tela
de araña con suaves palabras como:”No tengo quién me cuide”, “No me puedo
mover”, “Estoy tan aburrida” etc etc etc
Mis mensajes lo atravesaron como un rayo y se apiadó de mí,
acondicionó su auto para que pueda entrar un metro de pierna enyesada y así fue
que lo acompañé todos los días durante dos meses a sus visitas médicas.
Yo lo esperaba en el auto leyendo y cuando volvía le
preguntaba el diagnostico.
Una noche cocinó un pato a la naranja, primera y última vez
que comí pato (aprecio a los patos) y primera vez que alguien casi desconocido
me trató con tanto amor.
Pero yo coherente con mi naturaleza de buscar lo difícil,
retorcido y complicado lo dejé pasar.
No
hay PATO que me venga bien!!!!
Ema Pil
No hay comentarios:
Publicar un comentario