sábado, 10 de enero de 2015

Cuando fui Caperucita Roja


Atenti al lupo


Con este hombre pasé los límites de la Caperucita Roja. Creo que tengo que anotarme en Los Records Guiness de la credulidad.

Lo conocí por chat, se presentó como un italiano recién instalado en Argentina que trabajaba en robótica y tenía ganas de conocer gente, me describió un mundo mágico y accedí a conocerlo personalmente.

Hablaba muy poco español pero nos entendíamos bien. Estuvimos saliendo por tres meses. En la intimidad me decía " Mamma miaaaa" exagerando el miaaaaa y despertando a los vecinos.

Cuando fui a su casa la escenografía era fantástica, tenía una bandera italiana con asta y todo que ocupaba medio living y un portarretrato con la foto de sus padres (dos travestis).


Sospeché un poquito que algo no andaba bien….pero mi necesidad de Príncipe  Azul me bloqueó el cerebro.

Una semana después descubrí que el tano era más argentino que yo, que no fabricó nunca un robot y sus mentiras rebotaban por todos lados como una bola de Pinball.

Lo confronté preguntándole: “¿quien sos H de P?” me respondió:” No te tomaste el tiempo para averiguarlo, jodete!!!!”  y me cortó el teléfono.

¿Quién era? Un psicópata que encontró la victima perfecta?. Todavía no se cuáles eran sus intenciones para tanta mentira.


Pero sean las que sean, mi ángel de la guarda me despertó a tiempo.

Ema Pil

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